EL PLANETA EN ENCRUCIJADA:
Queramos reconocerlo o no, y aunque pueda parecer una opinión catastrofista, lo cierto es que el planeta se encuentra en una encrucijada. No lo dicen solamente los ecologistas, sino importantes investigadores, científicos, pensadores, responsables sociales e incluso altos mandatarios políticos.
Sabemos que es fácil y con frecuencia inútil, caer en la interminable enumeración de problemas y catástrofes medioambientales que soporta nuestro Planeta, pero, es igualmente necesario. Describir calamidades no es agradable, ni para el que cuenta, ni para el que escucha, pero únicamente la información y la concienciación pueden corregir situaciones anómalas y mitigar consecuencias.
LOS PROBLEMAS:
Actualmente existen una serie de problemas humanos y ecológicos que necesitan urgente solución y que tendrán un desenlace complicado. Estos que a continuación se relacionan son los más importantes, aunque no los únicos.
PRESIÓN DEMOGRÁFICA:
La población mundial se incrementa en 90 millones de personas cada año. Esta saturación demográfica es la causante indirecta del aumento de los problemas sociales en el mundo, como la emigración, el racismo, la xenofobia, etc., del agravamiento de los conflictos bélicos y la conculcación de los derechos de la persona en zonas complicadas políticamente, del hambre y las epidemias, de la expoliación que sufren los recursos naturales, del aumento del consumo energético y de los problemas añadidos de contaminación en:
- Tierra, con acumulación de residuos urbanos e industriales.
- Agua, con aumento de los vertidos en ríos y mares.
- Aire, con proliferación de escapes y combustiones tóxicas.
DEGRADACIÓN DEL AIRE:
La atmósfera de este planeta está enferma, son muchas las agresiones que constantemente recibe:
- Un crecimiento industrial incontrolado o falto de escrúpulos, que provoca la emisión continuada de partículas tóxicas y contaminantes.
- La emisión de gases procedentes de la combustión de carburantes fósiles, para locomoción y calefacción.
- La incineración de residuos, que libera elementos muy nocivos para el Hombre y el Entorno.
Todos los seres que habitan este planeta absorben, de una u otra forma, gases y partículas peligrosas para su salud, capaces de desencadenar mutaciones genéticas, taras congénitas o cáncer.
EL PROBLEMA DEL AGUA:
El futuro del acuífero del planeta es incierto. Las dificultades que soporta son entre otras:
- Vertidos Urbanos (aguas fecales, filtraciones, etc.)
- Vertidos Industriales (químicos, residuales, etc.)
- Vertidos Agrícolas (resto abonos, estiércol, desechos, etc.)
- Despilfarro y abuso del agua.
- El cambio climático y la desertización, que están modificando los ciclos del agua y el mapa de humedales, con el consiguiente perjuicio para los ecosistemas naturales.
Este acuífero, siempre en movimiento, renueva y limpia constantemente su sangre, el agua, gracias al poderoso sistema circulatorio que constituyen las aguas subterráneas, los ríos y los océanos. Pero el hombre ha encontrado elementos y situaciones capaces de traspasar e incluso destruir barreras y filtros naturales, fabricando y vertiendo, sin ningún escrúpulo, componentes no biodegradables, que al quedar incluidos a perpetuidad en el ciclo vital del agua, se han convertido en el SIDA del Planeta.
EL PROBLEMA DE QUE HACER CON LA BASURA:
En los últimos años se han diseñado, fabricado y utilizado sistemas, tecnologías y programas de gestión de residuos infinitamente costosos y sofisticados.
Posteriormente se han podido observar los graves problemas medioambientales ocasionados por estos supuestos remedios, que, a la postre, han resultado peor que la enfermedad.
La Solución es tan simple que se resume en tres Palabras:
RECUPERACIÓN, AHORRO Y RECICLADO.
SUSTANCIAS Y RESIDUOS PELIGROSOS:
Los desechos químicos industriales, los metales, los residuos tóxicos como el Cloro, las escorias nucleares, etc., invaden nuestros hogares, calles y campos, arrojados como colillas, con escaso o nulo control y con total irresponsabilidad hacia el entorno y hacia nosotros mismos. El caso de los plaguicidas es especialmente claro y a la vez preocupante. Tras ser una panacea durante mucho tiempo, los plaguicidas han perdido aceleradamente su prestigio. Algunos de ellos se han desvelado poco eficaces, y los más efectivos han sido declarados peligrosos para la salud. Contaminan las aguas, corrompen los cultivos, ensucian la atmósfera, envenenan la salud de los consumidores y causan graves enfermedades e incluso la muerte a los agricultores y asalariados que los aplican.
DETERIORO DE LA CAPA DE OZONO: Se ha demostrado que los CFCs, además de destruir la capa de ozono, pueden causar problemas de salud, como arritmias cardiacas, dolencias pulmonares, pérdida de memoria, trastornos psicomotores, etc. Sin embargo, este panorama parece pesar menos en el ánimo de los gobernantes, que los intereses económicos de determinados sectores industriales y políticos. Aunque en menor medida, se continúan fabricando y comercializando productos elaborados con CFCs, porque así interesa a unos pocos, en perjuicio de todos.
LA ENERGÍA:
Es la causante indirecta de gran parte de la contaminación, contribuyendo de forma fundamental al efecto invernadero y calentamiento global del planeta. Los carburantes de automoción son responsables del mayor porcentaje de emisión de C02 a la atmósfera.
En un principio se creyó que la energía nuclear seria la solución definitiva a la contaminación por combustibles fósiles, pero, el resultado ha sido bien distinto. No solo no se ha acabado con el problema de los contaminantes, sino que a estos se ha añadido el ingobernable problema de qué hacer con los residuos radiactivos. Si a esto sumamos el potencial peligro de accidente en las centrales nucleares, encontramos pocas razones para apostar por la energía nuclear en el futuro.
LLUVIA ÁCIDA:
La combustión de carbón y petróleo, efectuada en centrales eléctricas, industrias, vehículos de automoción y calefacciones, ha transformado la lluvia, tan apreciada para acabar con la sequia, en la llamada "Lluvia Ácida" o la "muerte que cae del cielo", nubes de agua envenenadas con ácido sulfúrico, que convierten los bosques más frondosos en desolados desiertos. DESERTIZACIÓN:
El avance del desierto es imparable actualmente y son varios los factores causantes:
- El actual cambio climático, que está trastocando los ciclos atmosféricos, de modo que altera la frecuencia de lluvias, las zonas y períodos húmedos, la escala de temperatura etc.
- La escasez de lluvia.
- La contaminación de agua, tierra y aire.
- La expoliación de los recursos forestales.
- La desmesurada proliferación de incendios.
- La repoblación con especies inadecuadas (en busca de la rentabilidad económica). Etc.
FAUNA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN:
Desde hace algún tiempo está de moda salvar especies en peligro de extinción, pero desgraciadamente son muchas las que ya han desaparecido bajo la mano del Hombre. Las causas son bien conocidas: matanza de focas y ballenas, caza irresponsable e indiscriminada, comercio de pieles y animales, destrucción de nidos, perturbación de las zonas de apareamiento, envenenamiento de ríos y carroñeo, políticas de explotación de recursos, que suelen basarse generalmente en la consecución inmediata de cuantiosos beneficios económicos, despreciando el daño ecológico y aplicando la famosa máxima: "Pan para hoy, Hambre para mañana", etc.
La comercialización con animales merece capítulo aparte, pues es el máximo responsable del deterioro faunístico del planeta:
- El comercio de pieles ha dejado de cubrir la necesidad de protegerse del frío, para satisfacer las aspiraciones de categoría social de determinada clase adinerada.
- La utilización de productos de origen animal, como aceites de ballena, productos procedentes de colmillos de elefante, etc., sustituibles por productos de origen vegetal o mineral.
- La búsqueda de los pretendidos favores afrodisíacos del cuerno de rinoceronte o de las plumas exóticas para decoración.
- La venta de restos de animales protegidos como souvenirs.
- La comercialización directa de animales protegidos.
- Etc., etc., etc.
Estos son algunos ejemplos de la falta de escrúpulos, por parte del hombre, a la hora de rentabilizar la fauna salvaje del planeta.